miércoles, 23 de marzo de 2011

Tron: Legacy




Director: Joseph Kosinski (Debut)
Reparto: Jeff Bridges (x2), Garret Hedlund, Olivia Wilde, Michael Sheen.
Año: 2010
BSO: Daft Punk

Barajando entre distintas opciones para escribir una nueva crítica aquí, en “¡Mouth On Fire!”, he optado por escribir sobre Tron: Legacy, que vista en retrospectiva es un pequeño GRAN MOJÓN. Y es que, amigos míos, lo que nos vendieron en el trailer dista mucho, kilómetros o leguas según se prefiera, de lo que después llegó a nuestras pantallas.

Tron: Legacy es, como su nombre indica, una continuación del film original de 1982. Éste cuenta con la peligrosa calificación de ser “de culto”, con lo que eso conlleva, ¡Es INTOCABLE! ¡ES MARAVILLOSA! Pueeess..no, ni de coña. Será un film decente con sus escenas “míticas” y puede incluso que fuera revolucionario en sus tiempos, pero la verdad es que ha envejecido fatal, que visualmente ahora no hay quien se la crea y que su historia es bastante plana y a ratos aburrida de cojones.


Wtf?

Pero hete aquí que los genios de la Disney decidieron que iba siendo hora de buscar nueva franquicia y se acordaron de esa extraña película del 82; y fueron y la cagaron prácticamente en lo mismo que en la original, pero yo diría que incluso peor.
Vamos a ver de qué va esto.

Empezamos con un bochornoso prólogo situado en 1989, donde “conocemos” a los dos principales protagonistas, Kevin Flynn, programador y creador de La Red (el mundillo digital ese de colorines donde se mueven, lo digo porque no se entiende bien; mi novia pensaba que se habían ido a otro planeta); y Sam Flynn, hijo consentido y heredero de éste. De mayor vive la vida loca sin administrar su fortuna porque está obsesionado con su perdido padre, que fue un día a por tabaco virtual y no volvió.




Después de pasar vergüenza ajena con el prólogo, pasamos a hacerlo con la escena donde se demuestra lo rebelde que es Sam, jodiendo a su propia empresa (Encom) porque quieren hacer pagar a la gente por un sistema operativo, con dos cojones hombre ¡Software libre! ¡A las barricadas! Básicamente, esto parece que va a ser relevante en la trama, pero no.
Total, por cosas del destino (un mensaje de texto de un número que no existe ¡Oooh! ¡Investiguemos!) Sam acaba digitalizado en .gif y metido en el mundo de Tron, La Red. A partir de aquí, a la historia se le va la olla que da gusto. Porque para que una historia funcione, sea un drama familiar o una historia de piratas zombies espaciales, lo principal es que te creas lo que te están contando; que empatices (“Empatices”, palabra que para Word no existe) con los personajes y te impliques con su historia. Esto no ocurre en ningún momento. Cagada number One.

Bien. Hemos dejado a Sam alucinando durante poco tiempo con su nuevo mundo de colorines y luces, La Red, donde en apenas un minuto escaso está entablando una batalla. Aquí es donde había que hacer referencia al film antiguo, con su batallita de discos y eso. Efectivamente, el protagonista aprende casi por arte de magia, haciendo conocer a sus contrincantes el DOLOR.




Aviso: La gente del mundo electrónico son o archivos o programas. Vamos, no son gente en el sentido estricto de la palabra. O sí, porque beben, bailan, van a ver combates de gladiadores digitales, van a ver carreras de motos digitales y se rebelan contra el sistema…pero nos importan un comino, como casi todo lo que hemos visto ya. Están ahí y punto. Sigamos.

Entonces se produce la presentación de dos de los personajes clave de esta película; Tron y el Kevin Flynn joven, que se llama CLU, el maloso que todo cutre film querría tener. Tron es otro luchador de discos, que al derrotar a Sam y ver que sangra, lo lleva a presencia de Clu. Esto está siendo muy complicado de escribir; así que veamos la historia de estos “personajes”:

Kevin Flynn se digitaliza y entra en La Red (Tron 1982) – Para crear una Red mejor y perfecta, crea una versión de sí mismo (Clu) y un programa creador-luchador (Tron) para que vigilen el cotarro mientras él no está en La Red – Kevin Flynn se va unos años y Clu se rebela y se le va la olla, matando programitas-persona – Tron se vuelve malo también – Kevin Flynn vuelve, se queda encerrado y ya. ¿Queda claro? Supongo que no mucho, pero continuemos.

Problemón: El Jeff Bridges digitalizado y remasterizado en Dolby Surround para ser el Kevin Flynn joven canta por soleares y es imposible creérselo como malo. En serio, es patético ¿Qué cojones le pasa en la boca? Aarggghsss. GRIMA. Creo que la Wii podría mover en tiempo real los polígonos con los que está hecho.


Carusa.


Inciso IMPORTANTE: La peli se llama Tron. El legado de Tron, para ser más exactos. Vale. Pues Tron como personaje, eh…uh…¿Cómo decirlo? No sale en la película. Sí, sale, pero un par de minutos, no habla sino que hace los mismos ruidos que Depredador, no se le ve la cara y francamente nos importa (como todo lo demás, no me canso de decirlo) una mierda. Así que si le omito es normal.


Tron

Clu, en un terrible acto de maliciosidad, le hace correr en las motos de luz. Nada que objetar, muy espectacular todo. Bueno, al final de la carrera aparece un coche (¡UN COCHE! INNOVATION!) dentro del estadio y una señorita llamada Cuorra (Olivia Wilde) rescata a Sam. Enseguida hablaré de ella.

Cuorra y Sam llegan a la casa de Kevin-padre, un Jeff Bridges no digitalizado que se ha convertido en maestro Zen/Jedi, hablando con metáforas, parábolas y elipsis narrativas. Un plasta de cojones, que cada vez que habla sube el pan. Sam y él protagonizan el peor reencuentro paterno-filial que visto en cines. En serio, menuda mierda de reencuentro, coño, cualquiera diría que llevan 20 años sin verse.


Paassho de tu rollo, carcamal.

Más escenas bochornosas…Cuorra quiere salir fuera, ver el mundo real (porque lo ha leído en un libro) y conocer a Julio Verne. Esto, como tantas otras cosas, nos importa un comino, porque seamos sinceros, la actriz está buena y poco más. Y ahora viene la parte que más me toca los cojones, porque si una película necesita media hora de explicación para explicar algo y que luego nos siga importando una mierda, es que algo va mal. Esta es la explicación de todo el contexto de la MOVIE:

Cuorra es la última de una mega raza de programas informáticos (esto es muy raro, a ver si soy capaz de recordarlo todo) llamados ISOS (uou), “Algoritmos Isomórficos” que se pueden crear solos y crear muchas cosas y ser la repera en bicicleta. Pero el malo les diezmó porque eran imperfectos y sólo queda Cuorra, pobriña, y hay que protegerla de los malvados, que a todo esto, tampoco tienen muchas razones para perseguirla. Pues bien, pues vale, pues me alegro.




Sam está descontento porque su padre no lucha, pero es que este, como todos los seres de ese mundo, tiene un disco-arma con su información vital, que el malo necesita para salir por el Portal digitalizador por donde Sam entró, y no quiere que lo pille, faltaría más.
Y aquí viene EL SORPRESÓN DEL GUIÓN: ¡El mensaje del principio no lo escribió Kevin, sino Clu! ¡Para atraer a Sam y sacar a Kevin de su escondrijo! OMG WTF. Kevin no quiere ir al Portal porque si Clu sale al MundoReal con su disco es posible que se líe. Así que a vegetar. Esto cabrea mucho a Sam, por supuesto, porque es joven, rebelde, e inconformista incluso.




El cabreo le dura más de lo esperado, teniendo en cuenta que hacía 20 años que no veía a su padre, y decide ir a la ciudad a buscar al líder de la Rebelión, SUL, para que le ayude a llegar al Portal. La Rebelión es otra cosa que no está explicada, y que tampoco nos importa, así que al pedo. Se va a la ciudad en moto, donde se encuentra a una personaje random que le lleva a un club.

ESCENA DEL CLUB: De lo mejor y lo peor de la película. Lo mejor, porque contiene el cameo de Daft Punk tocando, y lo peor todo lo demás. En el club, Sam conoce a Castor, un insoportable y ahostiable Michael Sheen, gaylord y tontolapolla profesional, que tiene una doble vida como Castor (gerente de club y gilipollas a ratos libres) y Sul (Mega programa rebelde o algo así). Sam necesita que Sul le ayude para llegar al Portal por donde entró. Da igual, ya que esto es una excusa para sacar más peleas y petar oídos con los temazos de Daft Punk. Castor traiciona a Sam, así que salen esbirros por doquier. Pero no pasa nada, ahí llega Cuorra para ajusticiar a quien se lo merezca.


Urghs.


De repente ¡Hieren a Cuorra! ¡La cortan un brazo! ¿Será el fin de nuestros héroes?¡No! Por allí pasaba Kevin Flynn, nuestro Obi Wan de baratillo y termina la pelea. Pero eso sí, le roban el disco, que siendo tan importante ya podría estar fijado un poquito mejor a la espalda.

Rápidamente, Sam y Kevin cogen un tren digital (otro homenaje a la primera peli y otro vehículo que sacar), el cual les lleva hacia el Portal, en un viaje emocionante en el que nos aburriremos como ostras y escucharemos diálogos padre-hijo tan apasionantes como el que sigue:

Kevin: -Ahora cuéntame tu historia. (No había habido tiempo antes, por lo que veo)
Sam: -Los polos se derriten…Los Celtics y los Knicks arrasan…los ricos son más ricos
y los pobres más pobres…móviles, ligues por Internet, wifi…
-¿Wifi? ¿Qué es eso?
-Una conexión inalámbrica”
-¿Para aparatos digitales”
-Sí.
-Eso se me ocurrió en los 80. MWAHAHA

O diálogos Cuorra - Sam, tan apasionantes como estos:

"-¿Cómo es el sol?
-Es...cálido y luminoso."

El sol es cálido, la oveja hace bee, etc.

En fin, de camino al Portal se encuentran con la base del malo, que antes no estaba, pero ahora sí. Secuestran a Cuorra, pero tranquilos que me da igual. Kevin y Sam se esconden y observan los miles de soldados-programa que tiene Clu para invadir el mundo real.
Aquí se explica muchas de las ideas subyacentes de Tron Legacy, y de las que tanto se ha hablado: Que si rebelión al creador, que si Kevin Flynn es Dios, la imposibilidad de la perfección y el conocimiento, los usuarios pueden crear, CLU no y está rebotado por ello…puff. ROLLO. No interesa.
Sam recupera el disco de Kevin y a Cuorra. Ok.
Kevin, en un repugnante “homenaje” a Star Wars, convence a un soldado de que le deje un avión digital. Ok.




Escena del Avión: Porque tenía que salir un avión, después de las motos, los coches y los trenes. De camino al Portal les atacan los malos en versión voladora, entre ellos Clu y Tron. Creo recordar que Tron, hablando con uno de los protagonistas, se vuelve bueno y se cae al mar. Se acabó el personaje de Tron ¡No! ¿No? Noo, porque hundiéndose en el mar, se le vuelven a encender las luces, esta vez en azul ¡Tercera parte uooooh!




Escena del Portal: Absurdidez a mansalva. Casi redención de Clu hablando con Flynn, pero no, no todo es fácil en esta vida. Cuorra y Sam le hacen la picha un lío y salen con el disco original, engañando con un disco de los chinos a Clu. El crimen no compensa, niños, no os droguéis.

El final de todo ya es para partirse el ojaio. Para evitar que Clu alcance el Portal antes de que se vayan Sam y Cuorra, Kevin lanza un Kamehameha (porque no es otra cosa) y todo explota, como no puede ser de otra manera en un blockbuster que se precie. Kevin muere. Oh sí, muere. Agónicamente, creo. Ya está, ya te he jodido el final, no tienes por qué verla.



Al final, redención. Sam entiende que ya es hora de dejarse de vivir la vida como todos querríamos; es decir, sin dar un palo al agua, teniendo pasta, viviendo aventuras y teniendo una motarro, y decide que va a dirigir la empresa para honrar a su difunto padre. De paso, le enseña a Cuorra lo que es el sol…y algo más, supongo.

Resumiendo: Película que no aguanta dos visionados ni casi uno. Escribir esto me ha costado Dios y ayuda y visionar la película de nuevo no ha sido plato de mi gusto.
Pretenciosa, absurda, irregular….algo a evitar.


Lo mejor: La música de Daft Punk, que pega la perfección con el film y hasta lo dignifica más de lo que se merece. El diseño de los escenarios, pero un rato porque luego cansa que no veas.

Lo peor:
1. Cada vez que borras algo en el ordenador, matas gente. Que lo sepas.
2. Saber que podría haber estado bien de verdad con un guión de verdad y un director de verdad. ¿Cómo se puede dejar la dirección de un (supuesto) blockbuster Disney a alguien que no ha dirigido nada antes?
3. La boca chancla de Clu.
4. Michael Sheen.

Conclusión: Quiero y no puedo. Para fans del tito Jeff (qué es muy grande, y ahí está True Grit para demostrarlo) y Daft Punk.


AWESOME


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