lunes, 28 de febrero de 2011

Cisne negro


Acabaron los Oscars y la mejor película del 2011 es "El discurso del rey" de Tom Hooper. Cisne negro se quedó con las ganas, y yo que me alegro.
Que nadie me malinterprete. Cisne negro es acojonante. Una película que te engancha de los huevos de principio a fin. Impecable.

Pero hay un problema. Y es que huele mucho a Oscar. Apesta. Darren Aronofsky es muy listo, y filma a la medida de los premios. Obviamente el primer requisito es que sea buena, y lo es. Pero a falta de ser una obra maestra, la engalana de tal forma que consigue engatusarte.
El momento de su estreno, la difusión, el papelón de Natalie Portman (Nina), esa belleza trágica, los focos del escenario que deslumbran a un público rendido a los pies de una danza hipnótica.
Ese final "perfecto": últimas palabras autoreferenciando a la propia película, focos deslumbrantes y cartelón en mayúsculas de "Una película de Darren Aronofsky". Me puedo imaginar al propio Aronofsky, el día del estreno, haciéndose una paja (de eso entiende, como se ve en la peli) mientras el cine entero en pie de desolla las manos en aplausos. Incluso yo le hubiese dado el Oscar en ese momento de éxtasis.

Pero llegó el día de la verdad, y el premio se lo llevó una "humilde" película británica. Y con todas las de la ley.
Y es que, tras todo ese maquillaje,  Cisne negro es una película desmesurada. Una tragedia que por momentos es dramática y llega a acojonar. A lo largo de la película Nina sufre unas ocho mil alucinaciones. Incluso unas dentro de otras. En plan Origen, un sueño dentro de otro, pero con idas de olla. La madre de Nina, interpretada por Barbara Hershey, es agobiantemente posesiva. Pinta retratos siniestros y tiene unos cambios de humor rollo "He hecho tarta, que féliz estoy... ¿no quieres una porción tan grande? ¡Me enfado y la tiro a la basura!".
Beth (Wynona Ryder), una bailarina retirada, es como el fantasma de la ópera y protagoniza junto con un cuchillo la escena más salida de tono de la película (que luego vemos que ha sido una alucinación de Nina ¡Ración doble, yeah!)
Lily (Mila Kunis) es como la rival de Nina. Ella representa la "normalidad", fuma, bebe, es una guarra, se droga y tiene arrebatos lésbicos. Salida directamente de "Réquiem por un sueño".

En resumen, al colega Darren Aronofsky casi le sale la jugada redonda. Se tendrá que conformar con haber rodado una gran historia. Tal vez cuando se centre en lo que tiene que hacer le llegará el reconocimiento que tanto le obsesiona.

Lo mejor: Me he dado cuenta que el ballet no está mal.
Lo peor: Aronofsky no tiene abuela.
Conclusión:Tienes que verla, pero por favor, no te flipes.
Extravagante como "El luchador". Exagerada como "Réquiem por un sueño". Obsesiva como "Pi, fe en el caos". Mismos premios que "The fountain".

jueves, 24 de febrero de 2011

Balada triste de trompeta


Abre mi blog la nominada a quince Goyas y ganadora de dos (...)¡Balada triste de trompeta!
¡Increíble! ¡Payasos sórdidos! ¡Alex de la Iglesia! ¡Muerte y desolación! Imposible que salga nada malo.

Unos títulos de crédito acojonantes me sentaron en la butaca, recto como una vela. Un prólogo situado en la Guerra Civil, con ritmo, ingenio, justas dosis de ida de olla ¡Santiago Segura, payasos y machetes!
¿Estaré ante la gran obra maestra del cine español?
Entran en escena Carlos Areces, Antonio de la Torre, Carolina Bang (¡!), esto va a tope!
Se nos presentan a los personajes, de forma inteligente, fluida, elegante, en su sitio.
Creo que voy a empezar a llorar de la emoción. Con estas bases, es imposible que nada pueda ir mal.

Llegados a este punto (llevamos media hora), el tío Álex de la Iglesia nos da una clase magistral de cómo convertir una pélicula en una puta mierda. Fin.

Lo mejor: Carlos Areces pronuncia "Raphael" como "Rapael" (refiriéndose al cantante), y eso a mí me hizo mucha gracia.
Lo peor: De lo peor
Conclusión: Payasos sórdidos, Álex de la Iglesia, muerte y desolación. Imposible que salga nada bueno.