lunes, 26 de mayo de 2014

Nymphomaniac vol. 1


Lars Von Trier, el adalid de la triquiñuela. El mago de la barba postiza. Inventor de la técnica de distraerte con una mano mientras con la otra te da una torta. Embajador de la frase: "Un buen envoltorio dignifica cualquier mierda."
Pero con Nymphomaniac ha dado un paso adelante. Se acabó de engatusar al público con bellas imágenes. Es el momento de sacar la artillería pesada. Poner un argumentos de peso sobre la mesa. Es el momento de mostrar pollas.
Pero no os llevéis ha engaño. Esto no es una película erótico-festiva. Es peor:

En una oscura y fría noche, Seligman, un hombre en el invierno de su vida, deambula por las calles de cartón piedra aledañas a su hogar. Con lo que no cuenta es que su rutinaria vida como extra profesional de cine se verá interrumpida por un fortuito encuentro. Una desgarbada mujer yace inerte frente a él.  
Seligman, como buen samaritano, se preocupa por su estado y la invita a descansar a su decadente hogar. Lo que no sabe es que a quien acaba de abrir las puertas de su morada es a... ¡Joe "la Ninfómana"!

De esta forma nos encontramos metidos en lío. Joe "BragaRápida" encamada y mojadita, mientras Seligman permanece sentado a su lado. Pero por una vez en su vida, Joe decide no cepillarse a nadie. En su lugar, comienza a narrar su historia. Mala suerte, Seligman...

Así empezamos a ser testigos de una conversación en la que a cada interlocutor parece no interesarle lo que le cuenta el otro:
Por un lado Joe "la SinTecho" comienza a contar sus más íntimos relatos desde el principio de los tiempos. Esta historia en ocasiones es bastante inverosímil. Haciendo cuentas rápidas, Joe "la Monja", se ha acostado con unos mil hombres (para que os hagáis una idea, Barney Stinson celebra su ligue número 200).
Dramatizada con dosis de culpa y pesadumbre, la historia de Joe "MeHagoLaVíctima" es el caldo de cultivo perfecto para que Lars se vuelva loco filmando magreos y felaciones.

Mientras Joe "EnaguaFloja" aburre con sus idas y venidas, Seligman hace de psiquiatra. Realmente, Seligman no es más que un mensajero de Lars para intentar dar un sentido a todo este entramado genital. Obviamente, Seligman es un flipado y sus intervenciones se basan en encontrar símiles y justificaciones de las actuaciones sexuales de su huésped. Metáforas sobre la pesca, alusiones a la proporción áurea y vaguedades sobre los números de Fibonacci hacen que Selligman sea, como poco, un motivado.

Hasta aquí, los líos de cama de Joe "Joven". En la segunda parte continuaremos viendo el culo durante dos horas a Joe "Adulta". Continuará...

Lo mejor: Hay un momento mítico que pasará a mi memoria cinematográfica y que se mueve en la delgadísima línea del bien y del mal: Cuando a Joe le "llora" el chocho nada más fallecer su padre. Madre mía, es que eres un puto trilero, Lars.
Lo peor: Me corroe la duda de si Joe se liará con Seligman en la segunda parte.
Conclusión: Cada día le tengo más aprecio a Lars. Más y menos. A la vez.