jueves, 13 de octubre de 2016

Batman vs Superman


Si miras bien en Google Maps puedes ver que Gotham y Metrópolis hacen frontera. Toda la vida viendo a Batman y Superman y no sabíamos que estas dos ciudades eran el Villarriba y Villabajo de DC; pero en lugar de con Fairy, con superhéroes. Obviamente, "mucha polla en tan poco corral" (San Mateo 14,16) .

La película es escandalosamente larga y, contra todo pronóstico, demasiado enrevesada. El tema principal es que Superman arrasa. Hace y deshace a su antojo, que para eso es el último hijo de Krypton. Si salva a la gente de una gran amenaza, porque los salva; si no hace nada, porque no lo hace. Nunca llueve a gusto de todos, y esto hace mella en el sensible corazón de Clark Kent. De hecho, para el director de la película, Superman es un personaje más temido que amado. Una especie de Don Vito al que hay que besarle la mano no vaya a ser que le de por aplastar vidas.
En cierto modo, no se aleja del espíritu americano: Superman es un inmigrante que nunca fue invitado al país de las barras y estrellas. Un espalda mojada al que no tienen más remedio que reírle las gracias, pero al que de buena gana le deportarían a Guantánamo.

Por otro lado está Batman, el Caballero Oscuro, el Donald Trump enmascarado enarbolando la bandera de las libertades americanas. Mucho habla del peligro que representa Superman para la Humanidad, aunque en realidad ese discurso lo único que pretende es esconder la caca de sus calzoncillos al ver que la silueta del Hombre de Acero hace sombra sobre su piscina. De este modo, comienza una clásica "campaña del terror" para advertir a la población yankee del peligro que supone el arma de destrucción masiva que esconde Superman bajo sus calzones.

Aquí entra en juego Lex Luthor, el enchepado imitador del Joker que se encarga de crear la chispa necesaria para que nuestros dos héroes se torteen. Ahora llega el dilema: ¿No es Batman un mindundi al lado del Hombre de Acero? Sí, si lo es. Por eso Batman no va a pelo al combate. Haciendo caso al consejo español universal de "coge un palo o algo", se planta delante de Superman con una buena estaca. Una estaca de kryptonita.

Obviamente esta pelea no da para mucho. Hostia para arriba, hostia para abajo, no queda bien que nadie mate a nadie. Pero como alguien tiene que morir, casualmente por allí pasaba a comprar tabaco un monstruo aterrador. Mal día para salir de casa. Superman y Batman dejan de lado sus rencillas y unen fuerzas para, junto con la ayuda de Xena, la Princesa Guerrera, que también pasaba por allí, meterle una solfa de catálogo a nuestro querido monstruo random. 

Batman y Superman hacen las paces y se besan en la boca mientras Wonder Woman mira.
No en serio, Superman se muere.

Lo mejor: Bruce Wayne descubre que entre nosotros viven superhéroes camuflados. Wonder Woman está de cajera en un Mercadona, Aquaman es registrador de la propiedad... Todos esperando su turno para que DC llame a sus puertas y rodar una peli.
Lo peor: No es Xena, es Wonder Woman.
Conclusión: Superman muere, sí. Pero de soslayo, como mueren Jon Nieve, Jesucristo o Goku.